Mientras los festejos por el 96 aniversario de Lanús empiezan a quedar atrás y al mismo tiempo que el plantel de Primera División regresa a los entrenamientos, el mercado de pases en Lanús se sigue moviendo de lo lindo.
Y en esta oportunidad, no se trata de incorporaciones, sino de posibles desvinculaciones. Así, con César Carranza, Diego González, Carlos Araujo y Diego Valeri confirmados como refuerzos, es tiempo en Lanús de poner atención en los futbolistas que podrían emigrar.
Dentro de las opciones más fuertes para una probable venta, se encuentran Agustín Marchesín, que podría recibir en las próximas horas una oferta de España, y Sebastián Blanco. En cuanto a éste último, en el día de hoy el jugador analiza desestimar la oferta que le hizo el Metallist de Ucrania, conjunto que ya incorporó al delantero de Vélez, Jonathan Cristaldo.
Si bien la oferta millonaria habría convencido a los dirigentes Granates, es el jugador el que por motivos familiares se inclinaría por el no. Además, desde el entorno aseguran que Sergio Bastista, técnico de la Selección, le ratificó que lo iba a tener en cuenta para formar parte del plantel que jugará la Copa América, que se disputará en el país en este año. Con esto, el jugador apuesta fuerte a tener un buen semestre y así luchar por un lugar, con lo que no se descarta que sea vendido, pero que termine yéndose en junio.
Pese a que la Comisión Directiva de Lanús desmintió cualquier interés por parte del volante, fue el diez Granate el que mantuvo charlas con emisarios del equipo ucraniano, a los que dejó en claro que prefería pasar a un fútbol de mayor jerarquía, pese a que tiene tiempo hasta mañana para contestar por sí o por no.
Tal es el interés del conjunto europeo -que estaría haciendo la compra más cara de su historia y con un contrato de tres años- que pretenderían que el propio jugador viaje este mismo jueves para hacerse los estudios médicos.
Aún así, mientras el diez define su futuro, habrá que esperar hasta el 31 de enero, tiempo en que cierra el mercado de pases en el viejo continente, para ver si finalmente la última joya Granate emigra. Por ahora, los más de 6 millones de euros que estaban dispuestos a poner los ucranianos no pesaron en Blanco. Es que no todo es el vil metal.
Y en esta oportunidad, no se trata de incorporaciones, sino de posibles desvinculaciones. Así, con César Carranza, Diego González, Carlos Araujo y Diego Valeri confirmados como refuerzos, es tiempo en Lanús de poner atención en los futbolistas que podrían emigrar.
Dentro de las opciones más fuertes para una probable venta, se encuentran Agustín Marchesín, que podría recibir en las próximas horas una oferta de España, y Sebastián Blanco. En cuanto a éste último, en el día de hoy el jugador analiza desestimar la oferta que le hizo el Metallist de Ucrania, conjunto que ya incorporó al delantero de Vélez, Jonathan Cristaldo.
Si bien la oferta millonaria habría convencido a los dirigentes Granates, es el jugador el que por motivos familiares se inclinaría por el no. Además, desde el entorno aseguran que Sergio Bastista, técnico de la Selección, le ratificó que lo iba a tener en cuenta para formar parte del plantel que jugará la Copa América, que se disputará en el país en este año. Con esto, el jugador apuesta fuerte a tener un buen semestre y así luchar por un lugar, con lo que no se descarta que sea vendido, pero que termine yéndose en junio.
Pese a que la Comisión Directiva de Lanús desmintió cualquier interés por parte del volante, fue el diez Granate el que mantuvo charlas con emisarios del equipo ucraniano, a los que dejó en claro que prefería pasar a un fútbol de mayor jerarquía, pese a que tiene tiempo hasta mañana para contestar por sí o por no.
Tal es el interés del conjunto europeo -que estaría haciendo la compra más cara de su historia y con un contrato de tres años- que pretenderían que el propio jugador viaje este mismo jueves para hacerse los estudios médicos.
Aún así, mientras el diez define su futuro, habrá que esperar hasta el 31 de enero, tiempo en que cierra el mercado de pases en el viejo continente, para ver si finalmente la última joya Granate emigra. Por ahora, los más de 6 millones de euros que estaban dispuestos a poner los ucranianos no pesaron en Blanco. Es que no todo es el vil metal.
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