domingo, 14 de noviembre de 2010

Vélez ganó, llegó a la punta y le dio un nuevo golpe a Lanús

Lanús cayó 1 a 0 ante Vélez en Liniers. Ricardo Alvarez, a los 14 minutos del segundo tiempo, marcó el único gol del encuentro para uno de los punteros del campeonato. Los de Zubeldía llegaron a las cuatro derrotas consecutivas.

En esta historia, cada cual atiende su juego. El puntero gana, como debe hacerlo para sus aspiraciones de campeón, mientras el que pierde vuelve a ser este mezquino Lanús, que sigue en su anemia futbolista, anímica y de concepto. Y así el juego se desenvuelve con total normalidad.

Vélez gana, porque tiene un equipo que entiende que para llevarse tres puntos hay que hacer goles en el arco rival, pero que también comprende que previo a ello hay que atacar y aún antes, recuperar la pelota con intensidad desde cualquier línea. Por eso no sorprende ver a Somoza cerca del área rival tanto como de la propia, para hilvanar la línea. Tampoco se vuelve una rareza ver como Emiliano Papa no deja de pasar por su banda izquierda para sumarse con ideas al circuito de fútbol.

Lanús, en tanto, especula. Y deja la sensación de ser un equipo que pudo haber hecho algo más cuando, a partir de la media hora del segundo tiempo, se arrimó con mejor autoestima - aunque con la misma ineficacia- al arco de Barovero. Pero la derrota es un castigo a la idea Zubeldía de refugiarse, pese a que la presión del triunfo la tenía el rival de turno.

Así, cuando Barovero le tapa un zurdazo a Romero, cuando Aguirre define displicente dentro del área o mismo cuando Regueiro gana de cabeza tras un corner, el gol será esquivo. Porque es una lección a aprender la de no despilfarrar más de setenta minutos de un partido que se preveía complejo, pero que en el andar se tornó imposible desde la pasividad colectiva.

A uno de los puntero le sobra con su peso individual para suplir un desacople general. Porque los de Gareca no tuvieron el vuelo de otras tardes, pero su insistencia por busca el gol desde el comienzo de la segunda parte dio frutos. Y los tres puntos llegaron desde los pies del juvenil Alvarez, que tuvo que reemplazar a Zapata para este encuentro y que cuando Ledesma le dejó tiempo y espacio al borde del área, él no dudó en sacar un latigazo de zurda que le hizo imposible a Caranta sacar, pese a que llegó a tocarla.

Después de la apertura el arquero de Lanús fue figura, tapándole el gol -dos veces en una misma jugada- a Martinez y luego, atorando abajo una escalada de Papa. Lanús la pasó mal en ese tramo, pero supo despegar desde algún contragolpe, cuando ya en cancha estaba Aguirre, con algo más de fútbol para ofrecer junto a un Ledesma con mayor participación.

Sin embargo volvió a ser derrota y se acumulan cuatro consecutivas. Esta, como hace siete días, podría tildase de previsible, aunque no menos justificada desde la pasividad. Algo que marca el momento de uno y otro equipo, que hasta no hace mucho tiempo, competían por objetivos similares.

Hoy, por sus planteles, ideas y ambiciones que parten desde esferas lejanas al campo de juego, Vélez sigue siendo el modelo de Lanús. Un modelo al cual se lo sigue al pie de la letra hasta que se piensa en el rectángulo de césped. Ahí, en Lanús, la nada sigue siendo tal como la que se ve durante 90 minutos. Y así, mientras cada cual no atienda su juego, una prenda se tendrá.

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