sábado, 14 de agosto de 2010

Lanús y Newell´s armaron un empate acorde a la tarde

Lanús empato 1 a 1 ante Newell´s, como local, por la segunda fecha del torneo Apertura, en un encuentro muy flojo. Santiago Salcedo puso en ventaja a los de Zubeldía, a los 14 minutos, pero Sperdutti igualó, de tiro libre, para Newell´s todavía en la primera parte. Aguirre y Mauricio Sperdutti se fueron expulsados, uno en cada tiempo.

Tal vez ese último arrebato cerca del cierre amague con llenar un poco el vacío escénico que dejó el empate de Newell´s y Lanús en la fría tarde de sábado. Quizá, pero no alcanzó siquiera para esbozar algo de emocionante. Dio sensación de poco, o más bien realidad, lo que entregaron Newell´s y Lanús durante los 90 minutos, pese a que en esos últimos diez, la térmica se levantó unos grados y si hubiesen sido precisos de un lado y de otro, tal vez alguno se llevaba más que un punto.

En cuanto a merecimientos, el reparto de puntos le sienta bien a la justicia deportiva. Porque puede que Lanús haya empezado dominando -sobre todo por el sector de Maximiliano Lugo- durante la primera mitad del encuentro, pero cierto es que tampoco le sobraron situaciones de gol. Por eso cuando a los 14 minutos se abrió el marcador, todo pintaba para algo mejor.

En la conquista del local, mucho tuvo que ver Guido Pizarro. Porque el sutil volante central vio desde el campo de juego, lo que a claras se veía desde las tribunas: que Lugo le ganaba las espaldas a su marcador constantemente. Entonces, El Conde abrió en profundidad en busca de Lugo, el zurdo la midió y metió el centro justo entre el área chica y el punto del penal, para que Salcedo sólo tuviese que cabecear al gol. Simpático y bonito gol el de Lanús, que había hecho poco hasta entonces.

En cuanto a la tenencia de la pelota, era repartida. Regueiro anunciaba más de lo que concretaba, Pelletieri cortaba mucho y distribuía poco y Aguirre, perdido en más de una jugada, se lo vio fastidioso. Por eso con poco más que pasarsela al de mismo color de camiseta, Newell´s creció con los minutos, desde los pies de Mateo y las intenciones de ser más punzantes de Formica. La circulación se hacía lenta, sin embargo, para los de Sensini, por lo que los centros que caían al área de Lanús no tenían sorpresa.

Estaba todo en una parsimonia a tono con el horario de siesta de fin de semana largo. Hasta que Hoyos- que volvió a ser de lo peor de Lanús en cancha- se colgó infantilmente del delantero Taborda y casi en una toma de catch, cometió una falta innecesaria al borde del área grande. Iban 39 ya, cuando Sperdutti dibujó lo que se imaginó con su derecha para poner la pelota en el ángulo derecho de Marchesín, que poco pudo hacer, pero que ya se acostumbró a no poder sacar las difíciles.

El 1 a 1 daba señales de tablas para el final de la primera mitad. Lo que no habían podido hacer a lo largo de los 45, no lo intentarían en los últimos cinco. Sin embargo, hubo un patadón de Aguirre, de atrás, muy lejos de la pelota, que tuvo como castigo la correspondiente expulsión por parte de Loustau. Entonces fue como un segundo gol en contra antes del descanso para el local.

La segunda mitad, resultó menos caótica de lo que Lanús esperaba. Porque a los 9, Sperdutti vio la segunda amarilla por cometer la enésima falta sobre Regueiro y todo se volvió aún más parejo. Demasiado parejo. Por eso recién cambió algo cuando se acercaba el final. Grana, por la derecha, pareció encontrarse siempre con la misma duda: qué hacer con la pelota cuando llego al fondo. Pizarro, que estuvo muy bien cortando en el medio, nunca cambió el ritmo cuando había chances de un contragolpe interesante. Entonces la esperanza se depositó en el ingreso de un Blanco no en plenitud, que demostró con poco, ser de lo más claro.

Así se arrimó Lanús y contó con dos oportunidades. Primero, un tiro libre de Blanco que pasó más lejos de lo que el uhh! de la hinchada marcaba. La otra, si, fue la más clara del segundo tiempo. Pelletieri- el mejor de Lanús- recuperó la pelota en mitad de cancha y aceleró, tocó a la izquierda para Blanco, que hizo un rodeo y estiró más aún para Regueiro. El uruguayo, cayéndose, cruzó un remate/asistencia al que no llegó Pelletieri y Castillejos, cuándo estaba sólo para el gol, definió muy mal con su pierna hábil, por lo que la pelota fue mansa a los pies del último hombre de Newell´s. Y ahí se fue lo último de Lanús en el encuentro.

La visita, en cambio, creció otra vez desde Formica, que se recostaba sobre la espalda de Grana y buscaba la falta cerca del área para algún tiro libre. Por eso, los de Sensini llenaron el área de centros, que una y otra vez tuvieron como resultado cabezazos de hombres de Newell´s, aunque sin la suficiente fuerza para superar a Marchesín.

Y el empate se cerró con la tibieza que fue tendencia durante los 90 minutos. Daba la sensación de armarse algo más interesante, pero nunca se terminó de lograr. Tal vez por la rigidez de los esquemas de uno y otro técnico, que no arriesgaron más de lo que tenían pensado. Por eso ni siquiera ese arrebato del final llenó el vacío que dejaron Lanús y Newell´s. Al cabo, más allá de toda ilusión y promesa de buen fútbol, todo se desvaneció con la realidad, esa que marcó un triste y gris empate. Tan acorde con la tarde de invierno.

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