Racing goleó 4 a 0 a Lanús en Avellaneda por séptima fecha del torneo Apertura. Martínez, Moreno- de penal- , Cahais y Hauche marcaron para los de Miguel Russo. En Lanús, Pelletieri y Lugo se fueron expulsados.
(...viene de página 6) La escena se repite. El libreto expuesto se vuelve a quemar con rapidez porque muchos de los actores no estuvieron a la altura de un nuevo ensayo general. Lanús volvió a caer, otra vez por goleada, desordenado y sin reacción ante el primer golpe de knock out. Tal como sucediera siete días atrás ante un práctico y sutil Godoy Cruz, pero esta vez ante un Racing temeroso y con poca idea, que sólo empatando se despedía de su técnico
Ni siquiera la atmosfera supo aprovechar este blando equipo de Luis Zubeldía, que nuevamente careció de eficacia en los primeros minutos y que lo pagó, como hace una semana, porque no sabe como resolver sus propias confusiones. Las de Hoyos, para no saber qué hacer con la pelota en los pies, para agacharse cuando la jugada pide cabecear, para tragarse un amague con sólo un movimiento de ojos de quién traslada la pelota, para errarle a la cancha en la salida. Con Ramírez también, que el único tramo del partido en el que le dio pases a sus compañeros fue en el precalentamiento. Con Lugo, que esta vez le ahorró el cambio de siempre al técnico y él mismo se sacó de la cancha haciéndose expulsar, sin compromiso con el equipo. Pese a su auspicioso futuro, con Erramuspe, que en este campeonato acumula más errores que aciertos.
Hay nombres propios esta vez para la derrota de Lanús. Porque la lesiones son moneda corriente (Aguirre, Balbi, Regueiro y Salcedo) durante la semana y el partido. Porque Luis Zubeldía vuelve a marear con sus ratificaciones y sus negaciones. Porque Diego Abal también aporta para la goleada local, sacándo de partido a Pelletieri por un supuesto insulto y porque amonesta a Blanco pese a tener el tobillo destrozado.
En cuanto al juego, Lanús empezó mejor y tuvo con Romero, Blanco y Salcedo las situaciones más claras del partido. Sin embargo, el gol sigue estando esquivo y en el área propia, Erramuspe pifió feo y habilitó para el primer gol del local. Después se dio todo por decantación. Los espacios de Lanús en el segundo tiempo fueron enormes y Racing sólo tuvo que lateralizar. Un nuevo error de Hoyos, otra ingenuidad de Erramuspe en la marca, penal y gol.
El tercero y cuarto fueron pura responsabilidad de los hombres de menos. Así, Cahais terminó sólo por la derecha de la defensa y puso el tercero. Así Hauche terminó sólo por la izquierda para el cuarto, con toda la última línea de Lanús desordenada, una vez más.
Los ocho goles en dos partidos son una consecuencia inevitable de errores en la teoría y horrores en la práctica. El técnico confunde, los jugadores no entienden, los otros se lesionan, los árbitros no ayudan y el resultado es el mismo. Todo el respeto que construyó Lanús lo viene despilfarrando en actuaciones que invitan al papelón. (¿Continúa en página 8?...)
(...viene de página 6) La escena se repite. El libreto expuesto se vuelve a quemar con rapidez porque muchos de los actores no estuvieron a la altura de un nuevo ensayo general. Lanús volvió a caer, otra vez por goleada, desordenado y sin reacción ante el primer golpe de knock out. Tal como sucediera siete días atrás ante un práctico y sutil Godoy Cruz, pero esta vez ante un Racing temeroso y con poca idea, que sólo empatando se despedía de su técnico
Ni siquiera la atmosfera supo aprovechar este blando equipo de Luis Zubeldía, que nuevamente careció de eficacia en los primeros minutos y que lo pagó, como hace una semana, porque no sabe como resolver sus propias confusiones. Las de Hoyos, para no saber qué hacer con la pelota en los pies, para agacharse cuando la jugada pide cabecear, para tragarse un amague con sólo un movimiento de ojos de quién traslada la pelota, para errarle a la cancha en la salida. Con Ramírez también, que el único tramo del partido en el que le dio pases a sus compañeros fue en el precalentamiento. Con Lugo, que esta vez le ahorró el cambio de siempre al técnico y él mismo se sacó de la cancha haciéndose expulsar, sin compromiso con el equipo. Pese a su auspicioso futuro, con Erramuspe, que en este campeonato acumula más errores que aciertos.
Hay nombres propios esta vez para la derrota de Lanús. Porque la lesiones son moneda corriente (Aguirre, Balbi, Regueiro y Salcedo) durante la semana y el partido. Porque Luis Zubeldía vuelve a marear con sus ratificaciones y sus negaciones. Porque Diego Abal también aporta para la goleada local, sacándo de partido a Pelletieri por un supuesto insulto y porque amonesta a Blanco pese a tener el tobillo destrozado.
En cuanto al juego, Lanús empezó mejor y tuvo con Romero, Blanco y Salcedo las situaciones más claras del partido. Sin embargo, el gol sigue estando esquivo y en el área propia, Erramuspe pifió feo y habilitó para el primer gol del local. Después se dio todo por decantación. Los espacios de Lanús en el segundo tiempo fueron enormes y Racing sólo tuvo que lateralizar. Un nuevo error de Hoyos, otra ingenuidad de Erramuspe en la marca, penal y gol.
El tercero y cuarto fueron pura responsabilidad de los hombres de menos. Así, Cahais terminó sólo por la derecha de la defensa y puso el tercero. Así Hauche terminó sólo por la izquierda para el cuarto, con toda la última línea de Lanús desordenada, una vez más.
Los ocho goles en dos partidos son una consecuencia inevitable de errores en la teoría y horrores en la práctica. El técnico confunde, los jugadores no entienden, los otros se lesionan, los árbitros no ayudan y el resultado es el mismo. Todo el respeto que construyó Lanús lo viene despilfarrando en actuaciones que invitan al papelón. (¿Continúa en página 8?...)
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