viernes, 16 de abril de 2010

Copa Libertadores: Objetivo cumplido

Lanús empató 0 a 0 en un pobrísimo partido ante Universitario y quedó eliminado de la Copa Libertadores de América en fase de grupos por segundo año consecutivo. Fracaso, pensando en que era el principal objetivo del semestre y que terminó con un bochornoso episodio de violencia.

Hay que respirar profundo, contar hasta 10, 20 o 150 mil para no desbocarse en son de herir suceptibilidades ni caer en el insensato mundo de aquél que hace leña del arbol caído. Y cuesta no refugiarse en ello, cuando desde hace tiempo ( al menos desde este pequeño lugar en la web) que se viene anticipando este desenlace con tintes apocalípticos.

Porque Lanús fue nuevamente un equipo sin sabor, de esos desabridos que no contagian ni por aquí ni allá. Lanús es increíblemente aburrido, cuando hasta hace poco se lo iba a ver para entretener tardes de fútbol. A este equipo no parece entrarle el traje de protagonista nunca, porque por más que ayer supo merecer la victoria, no hizo los méritos sufientes que se necesitan para doblegar un partido de tamaña importancia, donde había una clasificación en juego.

Con el síndrome Blanco a flor de piel, Lanús dependió todo el encuentro de lo que pudiera hacer el diez. Y el diez tuvo una mala noche, de esas que se pueden tener alguna vez, y con ello arrastró al resto. Porque ante la escasez de un plan B ( ¿acaso el ingreso de Grana- gran jugador de Primera B Metropolitana- por Erramuspe es una alternativa?) no hubo quien tome el timón para enderezar el barco. Tal vez si aquél cabezazo de Pelletieri que dio en el palo hubiese entrado, otro hubiese sido el partido. Tal vez, uno no lo sabe con certeza, porque analiza los hechos que ocurrieron.

Y sin embargo, el objetivo se cumplió. A aquel pedido de Luis Zubeldía de "No sé hasta que punto Lanús debe jugar copas internacionales" se dio a lugar y ahora ya no hay ni Libertadores y probablemente, tampoco Sudamericana ( aunque hay chances matemáticas de ingresar). Y sin mendigar en esfuerzos, probablemente Lanús sea el único equipo de los argentinos, eliminado en la fase de grupos. También se cumplió aquello de "no tirarle la responsabilidad a los pibes, para no quemarlos". A saber: Erramuspe, Pizarro, Carrasco, Menéndez y Leandro Díaz terminaron disputando una final para clasificar. No hubo lectura de situación, en tal caso si se necesitaban goles, por qué sacar al goleador del Clausura ( Gonzalo Castillejos). Y sobre el final, un papelón digno de no olvidar.

Piñas por aquí y allá, innecesarias a pesar de una derrota dolorosa ( y con Universitario, un equipo muy bicho para este tipo de partidos) que no hacen más que tirar por la borda aquello del ejemplo a seguir que tanto pregona el club, pero que ante los ojos internacionales, volvió a quedar expuesto y señalado ( remember Atlético Mineiro y Liga de Quito).

Lanús retrocedió 20 casilleros en menos de la mitad del tiempo que le costó avanzar diez. A este equipo, el que hilvanó triunfos amarretes de un gol de diferencia, no le acanzó para convertir y acercarse a los 8vos de final. Pero no todo es culpa de ellos, hay decisiones poco entendibles en este campo. Si somos esto, si no se pueden inventar jugadores, habrá que ir a buscarlos. Si no se quieren jugar torneos internacionales, entonces nunca más se peleará un campeonato ( los campeones juegan la Copa, eh) y la cantera, esa inagotable que llena de orgullo, prenderá fuego a sus cosechas sin darle posibilidad de crecer del todo.

Crea, señor y señora, que se deseo el gol de Castillejos en ese mano a mano más que nadie. Que se paró para rezar por un gol hasta de Marchesín en esos arrebatos del final. Pero esto no es así, porque Lanús no es así. Porque usted y yo tenémos memoria también, sabémos que esto de jugar cosas importantes no fue siempre así, pero cuando se tiene la oportunidad no hay que dejarla pasar así de fácil. No olvidamos los 75 puntos, tampoco los papelones internacionales ni los campeonatos perdidos a último momento, ni la proyección de gandes jugadores, ni la incorporación de penosos futbolístas. No se olvida los caprichos ni lo aciertos. Uno no olvida nada y crea señor y señora, que conté hasta 10, 20 y 150 mil. Pero no me bastó.

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