martes, 20 de abril de 2010

Capítulo XV: Mucho más que 12 pasos

Lanús empató 1 a 1 ante Colón, en Santa Fe, en lo que era un partido decisivo para las aspiraciones a clasificar a la Copa Sudamericana. Fuertes- de penal- adelantó al local, pero Pizarro a falta de cinco minutos para el final, puso el empate de cabeza.

Son mucho más que doce los puntos que separan a Lanús del triunfo. No es sólo una cuestión del penal que le regalan a Esteban Fuertes y que él mismo cambia por gol apenas empezado el segundo tiempo. Lo separan más que doce pasos, porque el arco rival queda en la otra punta del mundo para un Lanús que es débil con la pelota en los pies y no recibe señal verde para lograr generar situaciones de riesgo en el área rival.

A Lanús, las distancias se le hacen enormes, porque a la línea defensiva se le pega la de volantes, con Ledesma, Pizarro y Fritzler bien retrasados. Entonces Blanco queda a un campo de distancia y mucho más el incansable Leandro Díaz y Santiago Salcedo. No hay conexión, no hay espacio para eso, porque el equipo de Zubeldía se refugia y apuesta siempre al pelotazo que no encuentra un tiempo de espera en los pies de los delanteros, y por consecuencia la línea del mediocampo no puede adelantarse. Así transcurre la primera mitad, donde Caire suma metros por la derecha para el local, que devuelve Velázquez en algún que otro contragolpe.

Sin embargo, lo más peligroso del primer tiempo lo hizo Blanco, cambiando de ritmo en el medio y habilitando a Leandro Díaz en posición de número siete, para que el tucumano defina fuerte a la cara externa del primer palo. Ausente el gol todavía para el juvenil, pero con la premisa de patear al arco un tanto más fresca que un delantero rubio de otros tiempos. La escalada de Velázquez con centro para que Salcedo la desvíe y pase cerca también se anota en el cuaderno como una jugada que pudo llevar peligro. No mucho más del lado de Lanús.

En la segunda parte, no hubo tiempo para improvisar algo más. Porque a los pocos minutos, Fuertes se tiró tras un intento de Erramuspe de trabarle la pelota y el árbitro Favale compró. Después, el Bichi lo cambiaría por gol y todo se hacía cuesta arriba.

Recién ahí Lanús despertó de su letargo. Recién después de 65 minutos, el equipo reaccióno y con los ingresos de Aguirre, Castillejos y Aparicio, Lanús tuvo más frescura. Lo empujó a Colón, se lo llevó por delante. Intentó por derecha e izquierda, sin mayores sociedades más que la del centro para la cabeza de algúno de los delanteros que se agolpaban. Así, lo tuvo Salcedo, pero la pelota dio en el travesaño. Fue recién a los 43, cuando Lanús metió la pelota al área en forma de un centro - el resto, tanto tiro libre como corner habían sido completamente intrascendentes- para que PIzarro pisara el área por primera vez y pusiera el empate. No tuvo tiempo Lanús ni pudo acercarse al área para ensayar un triunfo semejante al de Chacarita.

Fue empate al fin. Que deja la bronca del penal inventado, pero que debe generar más bronca aún, porque Lanús regala muchísimo tiempo hasta que se pone a pensar en serio en el arco rival. Regala espacios, pelota e iniciativa, por eso depende de cuanto puedan lastimarlo, antes de ir a buscar lastimar primero. El partido era importante pensando en la Sudamericana pero el equipo de Zubeldía no salió a jugarlo de tal modo. Y así, más allá del penal mal cobrado, Lanús estuvo mucho más que a doce pasos del triunfo.

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