miércoles, 31 de marzo de 2010

Lanús de Santa Cruz de la Sierra

Casi de forma agónica, con diez hombres, Lanús empató ante Libertad 1 a 1 con un golazo de Maximiliano Velázquez. A los 2 minutos, perdía por gol de Román y a los 41, todavía en el PT, Salcedo se iba expulsado. Ahora, depende de lo que pueda rasguñar Blooming en Parú o ante los paraguayos.

Vamos mal si en el partido más importante del semestre, como se lo caratuló, a los dos minutos la defensa queda pagando de tal forma y ya se pierde 1 a 0.. Vamos mal, sí, si a los 41 minutos Salcedo no mide su movimiento y te deja con diez con todo un tiempo por delante. Vamos pésimo, si en un partido que se tiene que ir a ganar, se mantiene a Grana y Ledesma dentro del campo, se saca a Lagos y no se pone a Castillejos, cuando habría que tirar todo al asador. Vamos mal, si la única jugada de riesgo de Lanús depende de algún remate de larga distancia y si el hombre más ofensivo es un pibe de 17 años ( ¿eso no es tirarle toda la presión?). Vamos mal, pero vamos. Y a esta altura, ya no es poco. Porque el zapatazo de Velázquez ya se coló por sobre el arquero Medina y el empate menos imaginado se hizo presente para esa eliminación que era segura, se transforme en un dejo de esperanza.

Y aún con las ilusiones, reducidas en gran número, hay que decir que vamos mal. Porque ahora se depende de un modesto Blooming(con el recuerdo del Fair Play a cuestas) , que tiene que ir a robarle un punto a Universitario en Lima. O ganarle a Libertad en Bolivia. Porque el empate, obligaría a Lanús hacer la módica suma de siete goles! para pasar. Así que estamos mal. Pero estamos.

En el juego, la pelota parada fue esencial para abrir un encuentro desprolijo. Libertad acertó un centro y un solitario Adalberto Román cabeceo para el 1 a 0. Después, Marchesín se tuvo que mover un poquito, para sacarle primero un cabezazo a Gamarra, después un remate a Pitonni y en la segunda parte, otro par a Pablo Velázquez. Lanús, mientras tanto, tuvo en Velázquez al que probaba. En el PT, sacó un remate esquinado que pasó cerca del primer palo. También lo tuvo Blanco, tras un pase de 40 metros de Pelletieri, pero el diez definio de zurda al medio y la tapó el arquero local.

Lanús era larguísimo. La línea de volantes, expuesta siempre a cortar con faltas, tenía un intrascendente Grana que no aportó en ningún momento. Ni que hablar de Ledesma. Y todo se complicó más cuando Salcedo no supo leer qué tipo de árbitro tenía adelante y le regaló una expulsión sin mucho para discutir. Por eso, con un equipo quebrado, no se llegó casi en el segundo tiempo. Tres cambios al unísono sin demasiado énfasis en cambio de sintonía. Aguirre no supo desequilibrar, Blanco nunca fue mediapunta, Leandro Díaz topó contra su juventud y Fritzler hizo el mismo trabajo que venía haciendo Pelletieri, cortar con faltas. Entonces la copa se esfumaba.

Hasta que apareció un zurdazo perdido en la noche de Asunción de Maxi Velázquez, que se desvió en Cáceres y se clavó en el ángulo. Ahí Lanús parecía que podía llevarseló de arrebato con alguna patriada de Blanco. Pero claro, chocó contra su propia falta de fundamentos. Y casi lo pierde en un par de contragolpes que los delanteros paraguayos no supieron aprovechar. Al final fue empate, que ni atisbos de festejos tiene.

Ahora queda esperar, prenderle velas a Blooming y ganar el último partido contra Universitario, donde se definirá todo. Impensado hasta casi los 40 minutos del segundo tiempo de ayer, cuando ya todo era nada. Aún queda esperanza para este Lanús , por un tiempo rebautizado de Santa Cruz de la Sierra, que va mal, que estaba peor.Que por ahora sueña.

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