sábado, 27 de marzo de 2010

Capítulo XI: Garra y corazón

Lanús volvió a ganar 1 a 0, esta vez ante Tigre en Victoria, con un lindo gol de Aguirre, en la única situación que generó el equipo en 90 minutos. Mucha fricción, orden y un Mauricio Caranta de figura, le dieron al Granate su tercera victoria consecutiva.



Arce por derecha toca con Lagos, que va al piso exigido y estira la pelota para Pizarro, que se la devuelve en cortada. Lagos abre más la cancha por la izquierda y profundiza con Balbi. El juvenil desborda, tira el centro atrás y Aguirre en posición de nueve, toca de zurda al gol. Golazo de Lanús, de aquél Lanús que regalaba paredes y asociaciones.



Y ahí se ve a Zubeldía, gritando y saltando hasta casi mitad de cancha, con los puños apretados de cara a la gente Granate. Festeja Caranta, enorme figura bajo los tres palos y se abrazan Erramuspe, Lopes y Quintana, que suman menos años que ninguna otra defensa pero que jugaron como experimentados. Fritzler le toca la cabeza al reencontrado Pulpito González. En la platea, Salcedo, Velázquez y Pelletieri se levantan de la butaca en el grito de gol. Lanús es un gran grito de desahogo, anudado de aquel 6 a 3 con Argentinos y por qué no, desde el aún más lejano 6 a 2 con Arsenal. Se ganó con los pibes, con esos de la cantera, ayudados con nombres de rodaje. Se ganó, porque se acertó y porque se mostró un corazón enorme, que no se achicó en ningún momento para meter y meter.



Es ese Lanús, también, el que llega poco y nada.Más nada que poco, pero que su contundencia le sirve para sumar nueve de nueve y cambiar la imagen, al menos en cuanto a puntos. Es ese mismo Lanús, que se refugia atrás pero termina nuevamente con el arco en cero, esta vez custodiado por Caranta. Ese Lanús, el que sumó su primer triunfo cómo visitante en el torneo y que se ilusiona con un martes de Copa.



Lanús es todo eso y más. Un desconcierto de pasividad con un mediocampo aguerrido, pero sin ideas claras. Porque Fritzler se desvive por la redonda, pero si cuando se la da a Pizarro, este falla, si Arce no le pasa abriendo la cancha, si Aguirre la debe buscar tan atrás y si Balbi ( gran promesa) no termina de animarse, Lanús es nada. Ni Castillejos ni el sacrificado Díaz. Nada de nada.



Por eso Caranta es figura, tapandolé a Luna un mano a mano y un disparo desde lejos a Leyes. Con eso le alcanza y a Lanús, le sobra con esa pincelada del final que regala una sonrisa entre tanta chatura. No sólo porque se gana, sino porque denota que el orden que se está logrando, con líneas tan defensivas, no hacen olvidar ese estilo que tanto le dio a Lanús. Ahora es momento de garra y corazón. Y el martes, con Libertad, será otra batalla de aquellas.

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