Lanús igualó 0 a 0 ante Independiente en Arias y Guidi. Así, los de Schurrer quedaron a tres puntos de Racing, que hoy ocupa el último lugar de ingreso a la Copa Libertadores 2011, con seis puntos en juego.
En el Sur, esta vez, aquella vieja frase que resume la imposiblidad de romper el cero en el fútbol , tomó tintes literales. Es que eso de pueden jugar hasta mañana, que no van a hacer un gol se tradujo en verdad, cuando el reloj marcó las 00:00 aún con el partido por terminar y ni Lanús, ni muchos menos Independiente, se animaban a cambiar el marcador.
Y en el reparto de puntos, el que quedó con el vaso medio vacío fue el local, que debía ganar para consolidarse en la pelea por el ingreso a la Copa Libertadores. Así, fueron los de Schurrer los que tomaron la iniciativa desde los pies de Pizarro y con el aporte de Silvio Romero, pero carecieron de las sociedades necesarias para concretar. El mismo Romero tuvo una gran jugada individual, que definió con un remate cruzado, pero la pelota rozó el palo derecho de un Gabbarini ya derrotado. También lo tuvo Ledesma, desde el centro del área y con todo el arco para elegir dónde colocar la pelota, pero terminó con un remate débil a las manos del arquero visitante.
Independiente, con el equipo y la cabeza puesta en la final de la Sudamericana, apostó por Gracián y sus remates de larga distancia y a las subidas de Velázquez por la izquierda. Así, con Silvera demasiado aislado, los de Mohamed no inquietaron a Caranta en el primer tiempo.
La segunda parte sí conspiró con el sueño de un domingo en extinción. Independiente retrasó aún más las líneas y a Lanús se le hizo algo imposible romper con ello. Blanco, con más ganas que juego, no fue salida clara por la izquierda. Por eso, lo más peligroso del local llegó por la banda de Hernán Grana, que pasó con firmeza al ataque pero nunca resolvió con coherencia.
Sin embargo, el déficit ofensivo de Lanús se vió en plenitud. Santiago Salcedo, ese al que se sigue apostando pese a su falta de gol, no encuentra su lugar en el mundo. O en la cancha. Lo cierto es que con él, los de Schurrer relegan la postura de ataque, sin un referente al cual mirar y en quién hacer base. Y Castillejos, que no siempre tiene sus goles agónicos para ofrecer, tiene que arreglarse con quince minutos para intentar romper con una monotonía que se encontró desde el inicio.
Sobre el final, se lo pudo llevar Lanús. Primero Pelletieri cabeceó al gol en una clara posición adelantada. Y al minuto, Castillejos tocó al medio para Cano, que convertía el gol del triunfo, pero que nuevamente encontró en el banderín del juez de línea un no rotundo al gol. Al cabo, el empate le cayó mejor a Independiente, porque es lo que fue a buscar. Y Lanús, que tampoco hizo mucho para quedarse con los tres puntos, debió conformarse con el invicto de su técnico.
Así, ya es de medianoche y termina en cero en el Sur. Es que podían jugar hasta mañana...
En el Sur, esta vez, aquella vieja frase que resume la imposiblidad de romper el cero en el fútbol , tomó tintes literales. Es que eso de pueden jugar hasta mañana, que no van a hacer un gol se tradujo en verdad, cuando el reloj marcó las 00:00 aún con el partido por terminar y ni Lanús, ni muchos menos Independiente, se animaban a cambiar el marcador.
Y en el reparto de puntos, el que quedó con el vaso medio vacío fue el local, que debía ganar para consolidarse en la pelea por el ingreso a la Copa Libertadores. Así, fueron los de Schurrer los que tomaron la iniciativa desde los pies de Pizarro y con el aporte de Silvio Romero, pero carecieron de las sociedades necesarias para concretar. El mismo Romero tuvo una gran jugada individual, que definió con un remate cruzado, pero la pelota rozó el palo derecho de un Gabbarini ya derrotado. También lo tuvo Ledesma, desde el centro del área y con todo el arco para elegir dónde colocar la pelota, pero terminó con un remate débil a las manos del arquero visitante.
Independiente, con el equipo y la cabeza puesta en la final de la Sudamericana, apostó por Gracián y sus remates de larga distancia y a las subidas de Velázquez por la izquierda. Así, con Silvera demasiado aislado, los de Mohamed no inquietaron a Caranta en el primer tiempo.
La segunda parte sí conspiró con el sueño de un domingo en extinción. Independiente retrasó aún más las líneas y a Lanús se le hizo algo imposible romper con ello. Blanco, con más ganas que juego, no fue salida clara por la izquierda. Por eso, lo más peligroso del local llegó por la banda de Hernán Grana, que pasó con firmeza al ataque pero nunca resolvió con coherencia.
Sin embargo, el déficit ofensivo de Lanús se vió en plenitud. Santiago Salcedo, ese al que se sigue apostando pese a su falta de gol, no encuentra su lugar en el mundo. O en la cancha. Lo cierto es que con él, los de Schurrer relegan la postura de ataque, sin un referente al cual mirar y en quién hacer base. Y Castillejos, que no siempre tiene sus goles agónicos para ofrecer, tiene que arreglarse con quince minutos para intentar romper con una monotonía que se encontró desde el inicio.
Sobre el final, se lo pudo llevar Lanús. Primero Pelletieri cabeceó al gol en una clara posición adelantada. Y al minuto, Castillejos tocó al medio para Cano, que convertía el gol del triunfo, pero que nuevamente encontró en el banderín del juez de línea un no rotundo al gol. Al cabo, el empate le cayó mejor a Independiente, porque es lo que fue a buscar. Y Lanús, que tampoco hizo mucho para quedarse con los tres puntos, debió conformarse con el invicto de su técnico.
Así, ya es de medianoche y termina en cero en el Sur. Es que podían jugar hasta mañana...
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