sábado, 25 de septiembre de 2010

Lanús no lo definió, sufrió al final, pero volvió al triunfo ante All Boys

Lanús venció 1 a 0 a All Boyos en Arias y Guidi. Santiago Hoyos, sobre el final del primer tiempo, marcó el único gol del partido. Fue la primera victoria de los de Zubeldía jugando como local.

Lanús juega al límite. Coquetea con el triunfo pero le esquiva a la tranquilidad. Se sabe con los tres puntos, esos que eran vitales tras la sangría de dos derrotas por goleada, pero elige sufrir. Analiza el panorama y opta tirar al fleje, para que no le sobre nada.

Sin embargo es Lanús el que juega. Y todos vuelven a invocar al santo del gol cuando una y otra vez se desperdician contragolpes, aún cuando los que atacan son cuatro y el que defiende es tan sólo uno. Lanús no lo cierra y Sand vuelve a la memoria emotiva de todos. Los de Zubeldía marcan la diferencia desde el vértigo final, pero elige refugiarse ante la negativa del gol. Entonces sufre más de la cuenta.

Porque en el cierre, Grazzini tuvo en su zurda la única situación clara de gol de All Boys en el partido. El zurdo saca un remate desde afuera del área y la pelota por poco no se cuelga en el ángulo izquierdo de Marchesín, que voló y que podría haber volado mil veces, que nunca la hubiése podido sacar. No es gol y Lanús respira.

Es victoria porque a la malaria ofensiva, Hoyos le puso la cabeza. El defensor sólo tuvo que tocar la pelota en la línea del arco,cuando el primer tiempo se moría, para estampar el 1 a 0. Antes, ya Castillejos había cabeceado al filo del primer palo y la pelota, traviesa, había salido pegada al vertical. También Romero desperdició la suya, luego de una gran habilitación de Grana.

Lanús gana, porque esta vez atrás hay dos centrales- de gran partido- que no temen revolearla y dos laterales que saben de la posición, pese a que no deslumbran. Gana, pese a que Hernán Grana no termina de redondear una noche para ser figura e invita al insulto por dentro en el cierre del partido. Gana Lanús, porque Arce mereció más que un aplauso por bancarse noventa minutos con el perfil cambiado. Son tres puntos, porque Aguirre demuestra saber qué hacer con la pelota y porque Blanco esta vez no necesitó ser el mejor. Es victoria, pese a que Romero vuelve a maldecir al aire porque ese arco- el mismo que ante Banfield- le devuelve la sutileza desde el travesaño, cuando era el segundo gol y el cierre del partido.

Lanús coquetea con el triunfo. Y él, esta vez le hace un guiño y se lo lleva al bolsillo. Mereció más el equipo a lo largo de los noventa, pero eso demuestra que le falta madurar a los de Zubeldía. Le falta determinación en varios pasajes, presencia en mitad de cancha en tantos otros y ante todo, le falta gol. Siempre le falta gol. Al cabo, le falta Sand.Y eso lo resume todo.

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