lunes, 12 de abril de 2010

Capítulo XIV: Se cortó la cuerda

Lanús empató 0 a 0 ante Rosario Central, en La Fortaleza y dejó escapar la posibilidad de acercarse al puntero. El equipo de Zubeldía no encontró los espacios aún jugando buena parte del segundo tiempo con un hombre de más. Ahora, a ganar el jueves..

La que paga el descontento, se muerde los labios y encuentra en ellos un sabor amargo es la razón del corazón, esa que tal cuentan, no entiende mucho al momento de hablar de pasión. Fue esa la que motivó a levantar voces en gracia de pelear el campeonato. Sin embargo, la otra razón, la de la cabeza, permite apartarse un poco del torbellino post Paternal que se levantó en tres minutos de furia. Lanús caminó por la cornisa hasta que pudo, tiro de la cuerda hasta que cedió en este intento por arrebatar un título que bien podría tener el cartel de vacante ante la escasez de candidatos sólidos.

La cornisa por la que caminó Lanús, la cuerda de la que tiró Lanús y cedió tiene el mismo patrón común en el ADN de su anemia ofensiva. El equipo de Zubeldía mueve el frasco, lo agita de un lado a otro, lo golpea, pero nada es posible, no encuentra la forma de abrirlo. Así le sucedio en los últimos partidos del campeonato. Aunque claro, otro era el panorama si en la cancha estaba Blanco, para simplemente con girar la tapa del frasco supo abrirlo para ganar partidos. Pero Blanco ayer no estuvo y entonces Lanús pegó la cabeza una y otra vez contra su falta de ideas para atacar.

Porque Leandro Díaz es voluntad pura y las lucha todas, pero le falta punch para cerrar la jugada(nobleza obliga, tampoco se lo asistió en ninguna clara como para definir) y Salcedo está de nuevo en esa racha cruzada. Sin embargo Lanús fue más en el primer tiempo que su rival, aunque también sufrió atrás. Pelletieri, eterno león del mediocampo empuja muchísimo y clarifica para los costados. Ahí Aguirre toma su rol de conductor, desequilibra y es el más claro del equipo, aunque llega sin fuerza a tirar el centro atrás, como paso en varios ocasiones. Pero no hay un hilo conductor de juego, entonces se repiten los centros mal tirados desde los costados.

Hubo situaciones, si: un buena aparición de Carrasco por el medio tras el centro atrás de Díaz, un remate cruzado de Salcedo que se fue por muy poco y otras dos del delantero: un cabezazo que saca Galindez, arquero rival, y otra que desde lejos, termina en el techito del arco.Hubo, si, pero ninguna se repitió en asociaciones nítidas. Algo que si logró Central, sobre todo por el sector izquierdo, dónde el juvenil García trepaba y se unía a Adrián De León o cambiaba de frente para la subida de Gómez. Así llegó Central, con remates de media distancia que pasaron cerca del arco de Marchesín ( que acumula 461 minutos con el arco de La Fortaleza cerrado).

En el segundo tiempo si fue decididamente atolondrado lo del granate.Porque ya con un hombre de más por el codazo de Nuñez a Pelletieri, ni siquiera se movió el frasco para intentar abrirlo. Todo muy lento en la transición del medio hacia arriba, con la inclusión de delanteros que se chocan entre sí en los espacios o lo que es mucho peor, juegan dónde son inofensivos: fuera del área. Se insistió sobre la derecha, con Aguirre sin entender que los centros a esa altura son fuertes en busca de un desvío, altos para alguna cabeza o un disparo cruzado al arco, pero de ningún modo son lo que hizo una y otra vez que terminó en la nada.

Alguna aproximación que pudo ser más peligrosa de lo que terminó siendo y el desorden final para empujar, nada más fue Lanús en el complemento. Y casi lo pierde en un contragolpe, que Marchesín resolvió bajo los tres palos. Hubiese sido injústo también.

Así fue empate. Pálido empate que deja ese gusto amargo en la boca. Había ilusión de acercarse a los de arriba y seguir prendido en este campeonato de oulet.Ahora queda ganar o ganar el jueves por la Copa, ya con Blanco en cancha para desatar ese nudo que se hace Lanús con la pelota en los pies. El torneo quedó a un abismo, aunque haya chances matemáticas. Quedó a un abismo, porque esa mínima diferencia en favor de Lanús que en las últimas fechas significaron 12 puntos no estuvo presente ante Rosario Central. Al cabo, esa cornisa se hizo demasiado finita y la soga, de la que pendía la esperanza y de la que se tiró hasta el cansancio sin muchas ideas, finalmente se cortó.Y no parece haber tiempo para remendarla.

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